¿Es la filosofía una actividad necesaria hoy?
En este momento la actividad filosófica está sometida a un proceso que cuestiona, no ya, si debe o no incluirse en los nuevos planes de estudios, sino también la sociedad se cuestiona la utilidad de esta actividad humana, empezando por los propios filósofos.
Como pensadores debemos preguntarnos,¿Porqué?¿Qué es lo que hemos hecho para llegar a esta situación?
Primero conozcamos los cargos que se le imputan:
Algunos argumentan, contra la filosofía, que es una actividad sin sentido como Schilck que asegura: “nunca habla con sentido, sino sólo de insensateces carentes de significado”.
Otros menos radicales, reconocen a la filosofía el papel realizado durante su actividad a lo largo de la historia, pero sostienen que su finalidad última ya se ha alcanzado al desembocar y fusionarse con las demás ciencias. Esto es debido a la vieja concepción de la filosofía, que ha concluido necesariamente en la ciencia actual.
Alan Watts, indica que los que al estilo de los antiguos filósofos quieran “vagar por la noche para contemplar las estrella o reflexionar sobre temas tales como el destino del hombre y el significado final del cosmos..., deberían pasear por el campus universitario con la bata blanca del científico”
Es la filosofía la que ayuda crear la ciencia, ahora que la ciencia ya tiene un sistema, una forma de desarrollarse, la filosofía no es necesaria en ese plano. La actual sociedad científico-técnica, no necesita de la filosofía, poco acostumbrada a dar soluciones prácticas tan necesarias en la sociedad actual.
Otro problema al que se enfrenta la filosofía, es precisamente el desvarío de muchos de los filósofos contemporáneos. Empeñados en deslizarse por un pensamiento recursivo, que no lleva a ninguna parte, que les aleja de la realidad y les impide realmente ser útiles a la sociedad, olvidando claramente la principal función de la filosofía, que siempre a sido una actividad critica y creadora que busca la comprensión de los problemas del hombre para responder a estas necesidades sociales.
Watts los critica de esta forma: “En la medida, pues, en que los filósofos profesionales se han encerrado en un juego de palabras para definir la definición, no puede decirse de ellos que sean amantes de la sabiduría. Razonarán, sin fin, sobre el raciocinio; calcularán sobre el cálculo; hablarán sobre el hablar hasta que nadie puede seguirles”.
¿Culpable o inocente?
Estos cargos realizados contra la filosofía no son suficientes para condenar al baúl de los recuerdos a la filosofía, ni afirmar categóricamente que se haya terminado la inspiración filosófica.
Es precisamente en estos momentos de crisis, en la que los filósofos actuales han de despegar el vuelo del pensamiento. Como digo Hegel “la lechuza de Minerva sólo emprende el vuelo al atardecer”.
El desarrollo de la civilización científico-técnica ha dado lugar a contradicciones fundamentales, frustrando la esperanza de una liberación y transformación de la vida humana, y no solo por la posibilidad de la destrucción del planeta entero, con el miedo que esto transmite a la sociedad, sino por la guerra continua y permanente que nos va deshumanizando y degradando en la vida diaria.
Solo de los filósofos actuales a de esperarse la absolución para esta actividad humana, que en lugar de mirarse el ombligo,, sean capaces de explorar por su cuenta y riesgo nuevas posibilidades de pensamiento que permitan colaborar en la interpretación y organización de nuestro mundo, intentando plasmar en la realidad una auténtica vida humana “de acuerdo con la razón”, que nos despego del mito, o lo intento, ya desde el pensamiento griego.
Esta vida “racional” no parece ser una realidad, en la sociedad actual, por lo tanto la filosofía sigue siendo necesaria y un bien deseable, más diría yo, necesario. La des-racionalización de la sociedad actual nos lleva a la conclusión de que tal vez en estos momentos de crisis, la razón y por lo tanto la filosofía es evidentemente una actividad necesaria.
Comentario del Capitulo 1.1 de libro Introducción al pensamiento filosófico: filosofía y modernidad, de Moisés González
0 comentarios:
Publicar un comentario
<< Home